Por Josué Meneses, ingeniero industrial y maestrando del programa de Dirección de Empresas Industriales y de Servicios de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
A todos nos han contado alguna vez cómo Japón logró superar la crisis posterior a la Segunda Guerra Mundial y desarrolló el Sistema de Producción Toyota, el cual fue fundamental para la recuperación económica al promover una producción eficiente y la oferta de productos de alta calidad. Por ello nos preguntamos: ¿Se habría originado el Sistema de Producción Toyota sin esta urgente necesidad de sobrevivir?
En la década de 1970, durante la crisis del petróleo, el mundo observó que Toyota Motor Corporation enfrentaba la situación de manera más efectiva que sus competidores, como Ford Motor Company y General Motors, entre otros. Este momento crucial propició la exposición del TPS al mundo y su posterior replicación en diversos sectores a través de Lean Manufacturing. Nos volvemos a preguntar: ¿Habría intentado el mundo replicar el Sistema de Producción Toyota sin la crisis petrolera de los años 70?
La implementación de metodologías de mejora continua está asociada a la necesidad de eficiencia y al mantenimiento de la rentabilidad en las empresas. «Los problemas son oportunidades con espinas», afirmaba Miller. Las herramientas de mejora continua tienen la capacidad de revertir los resultados negativos en las organizaciones. En la búsqueda actual por implementar herramientas de mejora continua, ¿lo hacemos debido a la genuina necesidad de nuestra empresa o simplemente porque otras lo han hecho? ¿Cuál es el verdadero propósito subyacente en este esfuerzo? Toda empresa persigue la rentabilidad y busca ser atractiva para sus consumidores en este entorno altamente competitivo. Es casi imposible concebir empresas que no enfrenten competencia, ya sea de manera directa o indirecta. Las compañías compiten de manera continua por su porción en el mercado, y para ello emplean diversas estrategias, entre las que destaca la excelencia operativa, la cual se encuentra íntimamente relacionada con la implementación de herramientas de mejora continua.
Sabiendo que la implementación de metodologías de mejora continua está impulsada por una necesidad de ser más eficiente. En nuestro entorno empresarial, ¿todos los colaboradores reconocen la necesidad de mejorar la eficiencia en los procesos? ¿Están al tanto de cómo nuestros productos se posicionan con relación a los de la competencia? ¿Saben si hemos experimentado incrementos o reducciones en los precios de las materias primas? ¿O simplemente ven los proyectos de mejora continua como más carga laboral, sin considerar su importancia para mantener la viabilidad de la empresa y, por consiguiente, los empleos?
Al hablar del respeto a las personas, es fundamental destacar la relevancia de cada trabajador en el flujo de negocios. Cada empleado desempeña un papel esencial, y es crucial comprender cómo mi labor impacta en la reducción de costos y en la entrega de productos de calidad. Los colaboradores también deben comprender la necesidad de la empresa y cómo la implementación de herramientas de mejora continua se alinea con los objetivos del negocio. En el entorno caótico en el que vivimos, cada empresa tiene la necesidad de sobresalir, y esta imperiosa necesidad debe ser transmitida a cada colaborador de la empresa. Como afirmaba Sun Tzu: «Pon a tu ejército en campo de muerte y vivirá». Es esencial que los colaboradores de todos los niveles comprendan los desafíos y riesgos de la empresa y, sobre todo, cómo su labor contribuye a lograr mejores resultados. Esto no solo realza su valía, sino que también fortalece el compromiso hacia los objetivos organizacionales.
Uno de los principales motivos por los cuales las implementaciones de herramientas de mejora continua fracasan radica en que los colaboradores no comprenden los beneficios que obtienen ni el impacto que su trabajo tiene en el resultado final. Todos anhelamos sentirnos valorados por las contribuciones que realizamos en nuestro trabajo. Sin embargo, una implementación que no considera el compromiso del equipo puede limitarse a establecer áreas de trabajo ordenadas, implementar controles visuales, mostrar tableros de indicadores y formar equipos kaizen, pero estos esfuerzos podrían quedar sin frutos. Al adoptar metodologías, no debemos perseguir premios ni adornar los lugares de trabajo donde se obtengan bonitas fotos. No adoptemos metodologías solo porque otras empresas lo han hecho, ya que cada empresa representa un entorno distinto, y lo que puede ser efectivo en una no necesariamente será eficaz en otra. La aplicación de estas metodologías debe estar guiada por una necesidad auténtica, alineada con los objetivos de negocio y centrada en mejoras reales y sostenibles en las condiciones de trabajo y en el rendimiento del equipo.
En conclusión, la implementación exitosa de metodologías de mejora continua requiere que todos los colaboradores comprendan y respalden la necesidad de la empresa detrás de estos esfuerzos, en lugar de seguir una moda o tendencia. Por ende, recae sobre nosotros la responsabilidad de comunicar a los colaboradores cómo sus roles se relacionan con los objetivos empresariales, y cómo la aplicación de las metodologías de mejora continua contribuye de manera positiva en estos aspectos. El compromiso con la eficiencia y la viabilidad a largo plazo debe guiar la aplicación de estas herramientas, asegurando así un impacto real y sostenible en el éxito de la organización.
Fuentes:
- Womack, J., Jones, D., & Roos, D. (1990). The machine that changed the world. Estados Unidos: Macmillan publishing company.
- Ahmad, S. A. (2013). Culture and Lean Manufacturing: Towards a Holistic Framework. Australian Journal of Basic and Applied Sciences, 7(1), 334-338.
- Ohno, T. (1991). El Sistema de Producción Toyota. Más allá de la producción a gran escala. Estados Unidos: Productivity Press.
Inversiones Estatales:
El plan contempla una inversión económica de 8 mil millones de soles distribuido en sectores claves como minería, energía e infraestructura, pese a las buenas intenciones que se plasman en papel, es fundamental garantizar la sostenibilidad financiera y la rentabilidad de estos proyectos. Una gestión transparente y eficiente de los recursos es esencial para evitar el derroche y la corrupción, asegurando que los fondos se destinen a proyectos viables y con beneficios a largo plazo.
Estímulos Fiscales:
Aunque las inversiones estatales son fundamentales, se hace necesario complementarlas con estímulos fiscales controlados para atraer la inversión privada y estimular el crecimiento económico. La reducción de impuestos y la simplificación de trámites pueden ser herramientas efectivas, siempre y cuando se realice un análisis detallado de sus implicancias financieras y su impacto en la recaudación. Estos estímulos deben ser enfocados en sectores estratégicos y promover la innovación y la diversificación económica.
Fuente de imagen:
nstituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la Cámara de Comercio de Lima
Informalidad:
Es preocupante que más del 75% de las empresas en Perú sean informales, lo que afecta la recaudación de impuestos y la capacidad del Estado para financiar programas de desarrollo. Es necesario implementar políticas que incentiven la formalización empresarial. Porque en la actualidad no es atractivo para los empresarios entrar a la formalidad, ya sea por los trámites engorrosos que implican ser formal y la percepción que los impuestos pagados al estado se despilfarran y no retornan como un beneficio a la comunidad. Alineado a este objetivo, el gobierno ha puesto en marcha el Programa Nacional Tu Empresa, logrando a junio 2023 la constitución regular de casi 16 mil MYPES, con la meta de constituir 30,000 MYPES para diciembre del presente año.
Competitividad:
Para alcanzar un desarrollo económico sostenible, es fundamental fomentar la innovación y el emprendimiento. La inversión en investigación y desarrollo, así como la creación de un entorno favorable para la innovación, puede impulsar la competitividad y productividad de las empresas peruanas. La colaboración público-privada y el apoyo a la transferencia de conocimiento son esenciales para impulsar la creación de soluciones creativas y tecnológicas en diversos sectores. Considerando que más de 70 mil pymes cerraron en el primer bimestre del año, se debe tener en cuenta que es necesario generar las condiciones para que los empresarios puedan conseguir rentabilidad. Este es un trabajo que debe ser impulsados por los gremios empresariales y Ministerio del Trabajo.
Conclusión:
El plan «Con Punche Perú» se plantea como una oportunidad para reactivar la economía peruana y sentar las bases de un desarrollo sostenible. Sin embargo, para lograr que esta visión se materialice, es esencial adoptar un enfoque estratégico y equilibrado, evitando que los planes queden solo en papeles y los proyectos se queden a mitad de camino. Se requiere una gestión trasparente y eficiente que asegure la sostenibilidad financiera, aplique estímulos fiscales de manera controlada, promueva la formalización empresarial y fomente la competitividad mediante la innovación. Solo con un esfuerzo conjunto entre el Estado, los gremios empresariales y el sector privado, será posible superar los desafíos y aprovechar las oportunidades, construyendo así un futuro más próspero y justo para todos los peruanos. El éxito del plan «Con Punche Perú» dependerá de nuestra capacidad para enfrentar estos retos con determinación y una visión a largo plazo, asegurando que las acciones concretas se traduzcan en resultados tangibles para el bienestar de la nación.
Entradas Relacionadas
Mejores herramientas para implementar un Sistema de Gestión de la Calidad
Antes de sumergirnos en las herramientas disponibles, es importante comprender qué implica la implementación de…
Mido, luego existo. La importancia de la etapa de medición cómo punto de partida para la mejora continua.
Todos buscamos mejores resultados, en la salud, en los salarios, y en nuestro estilo de…